Molinos de cubo del río Perales
El conjunto de ruinas de molinos hidráulicos que Navalagamella alberga en su término municipal nos narra la importancia que esta industria tuvo en la historia del municipio.
Situados a lo largo del río Perales, conocido antiguamente como Peralejos, son un total de seis molinos: Molino de Baltasar, el Alto, el Carretero, el Serrano, el de El Escorial y el de Navaredonda; y de un batán. Debido a la estacionalidad del río, estos ingenieros hidráulicos solo trabajaban en los meses de invierno.
Se desconoce el origen de estos molinos, pero uno de ellos data de la época medieval. Están construidos en piedra berroqueña y son molinos de rueda horizontal o rodezno. Con el paso del tiempo se introdujeron mejoras para aumentar su productividad, tales como la inclusión de un canal o caz cuya función era desviar el agua del río al molino, y una rampa o un cubo, en cuya parte inferior había una apertura por la que el agua a presión salía accionando los elementos de molienda.
A excepción del Molino Carretero, que es de rampa, el resto de molinos son de cubo.
Su existencia fue plasmada en distintos documentos históricos, encontrándose la primera referencia en El Libro de la Montería de Alfonso XI (XIV): "Val de Infierno et Val de Morillo es muy buen monte de oso en invierno. Et son las vocerías, la una en el camino que va de Val de Morillo a Iliercas: et la otra en el camino que va de Nava la Gamella a Perales. Et ha menester que esté renuevo en el Guijo. Et son las armadas, la una en el camino que va de Val de Morillo a Nava la Gamella, et la otra al Molino"
A partir del siglo XX comenzó su decadencia, sirviendo al principio como molinos para pienso y cayendo posteriormente en completo desuso. En torno a ellos se desarrolla la conocida "Senda ecológica de los Molinos del Río Perales", una de las rutas más destacadas de Navalagamella.